viernes, 10 de mayo de 2013

De una mirada hacia el futuro

Que a día de hoy el futuro laboral de muchísimos jóvenes españoles apunta directamente a un lugar fuera de este país es algo que todos sabemos. El problema viene cuando echamos un vistazo a lo que nos espera a medio plazo.

Mirando las previsiones del gobierno, normalmente más optimistas que la de los organismos internacionales, nos encontramos con que el crecimiento no superará el 2% hasta 2017, y el 3% al menos hasta 2019; al mismo tiempo, en ese artículo, y siempre según el gobierno, se espera que en 2019 el paro se sitúe en una tasa del 14´5%, casi un trece por ciento menos que el 27% que tenemos actualmente.

 

Bien, sin entrar a valorar el método seguido para obtener esas cifras, la experiencia empírica tanto en España como en países de nuestro entorno nos indica que por norma general es necesario un crecimiento anual del PIB de entre un 1 y un 2 por ciento para comenzar a crear trabajo neto (es lo que se conoce como Ley de Okun), lo que nos augura un futuro laboral bastante más complicado del pronosticado por las fuentes oficiales.

Pero dejando de lado los datos económicos, tras cinco años de recesión y destrucción de empleo, el panorama que encontramos por España, no hace falta que lo diga, es desolador; en 1 de cada 10 hogares no entra ningún sueldo, la pobreza extrema ya alcanza los 3 millones de personas, más de 400.000 viviendas han sido desahuciadas, y en algunas regiones el número de niños con malnutrición se ha multiplicado por cuatro desde el inicio de la crisis. Por ello, no es de extrañar el enorme bajón que han sufrido las valoraciones de las instituciones y organismos públicos y la elevada impopularidad de la que goza la clase política en España, lo que me lleva a un pregunta ¿Hasta cuándo será la gente capaz de resistir?

No estamos hablando ya de hacer un sacrificio temporal para, como dicen algunos, sacar el país adelante, ni de "tirar" de los ahorros durante un tiempo hasta que la cosa mejore. No, estamos hablando de que cada día que pasa hay más personas en este país que no tienen dinero para pagar la hipoteca, vestirse, o comer, y tampoco tienen seguridad de poder hacerlo en un futuro cercano ante la falta de empleo; estamos hablando de que hay madre que dejan de mandar a sus hijos a la escuela para que no se despierten y vean su mesa sin nada para desayunar; y estamos hablando de que "la generación más preparada de la historia" sólo sirve para cubrir la demanda cuialificada de otros países europeos, porque aquí, la I+D no mola.

No creo que haya una solución mágica para la crisis, al fin y al cabo es el precio que debemos pagar por los errores del pasado, y tampoco dudo que el Gobierno no esté haciendo lo que ellos creen que es lo mejor, pero lo que sí tengo cada vez más claro es la necesidad de una alternativa, que, aunque no nos saque de ésta en un abrir y cerrar de ojos, al menos nos devuelva la esperanza de cara al futuro.



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