lunes, 29 de julio de 2013

LA GRAN PRESIDENTA



Y ahí se alzaba ella, la nueva y primera Presidenta del Gobierno de España, sobre el resto de los españoles. Para engrandecer la gesta, sus asesores habían decidido que el primer discurso no se hiciera desde su balcón, sino en el monte, en los pastos, donde ella se sentía más natural, más acostumbrada a tratar con la gente, quizás intentando emular a Azaña con sus discursos en campo abierto.

Eran las dos de la mañana y sin embargo aquello rebosaba de gente, españoles de todas las españas habían venido a verla, a compartir el triunfo de la Democracia y a celebrar la victoria de su Equipo (quizás quise decir Partido Político), poco importaba la hora, ellos irían con ella a donde fuera, pues por una vez habían encontrado una verdadera alternativa al turnismo político que estaban (estamos) viviendo.

sábado, 6 de julio de 2013

De un relato aislado

A pesar de llevar casi dos años sin trabajar, Julián madrugaba, sin saber muy bien por qué, de la misma manera que lo hacía en los “buenos tiempos”. Más de una vez su mujer le había preguntado por susurros a través de las mantas, que por qué no se quedaba con ella un rato más, que por qué no descansaban juntos por un día y se aislaban de sus problemas; a lo que Julián siempre deseaba responder con un beso que al final siempre se traducía en un silencio precedente a los primeros rayos de sol.

Sin mucho interés, miraba lo que había para comer, y tras un hondo suspiro de resignación, se hacía un bocadillo o se tomaba una tostada cruda sin mantequilla, un condimiento al que consideraba desde hacía ya mucho tiempo un lujo casi tan prescindible y necesario como el café, que nunca había acostumbrado a tomar pues creía que la mejor manera de despertarse era dar un paseo guiado por el gélido y confortante viento de la madrugada.